Ovnis y fenómenos meteorológicos extraños en Castilla la Mancha

 


Capítulo 1:

El meteorito de Campo de criptana

Eran las siete y cincuenta minutos de la mañana del 14 de febrero de 1826, amanecía un día más en la bella y tranquila localidad toledana de Campo de criptana, los más madrugadores, trabajadores, casi todos campesinos que se dirigían al sus labranzas, no se esperaban lo que iba a suceder, y es que fueron testigos de cómo una gran bola de fuego descendía desde el cielo hacia la tierra.

Así recogió el hecho varios diarios como La gaceta deMadrid y  el diario mercantil de Cádiz, este último bautizaba la noticia como fenómeno extraordinario.

El meteorito fue descrito como una tinaja boca abajo, rodeada de fuego y que dejaba tras de sí una gran estela de humo, caía en movimiento oblicuo en dirección de occidente a norte.

Cuando se encontraba a 40 varas castellanas del suelo, unos 33.000 metros,  el resplandor fue tal que los testigos, deslumbrados, desviaron la mirada, así que nadie supo el sitio exacto donde cayó, no obstante se dijo que el lugar tendría que haber sido por el camino que iba desde Criptana a Quintanar de la Orden.

Aunque el caso no pasó de anécdota en la localidad manchega, si que traspasó los límites del país, poniendo a Criptana en los albores de la astronomía.





Ese mismo año, la revista alemana Frankfurter Ober Post Amts Zeitung, nº 69, publicó un artículo, algo más escueto que el que se había leído en la gaceta de Madrid, donde se contaba que en la localidad española de Campo de criptana una gran bola de fuego con forma de jarra invertida cruzó el cielo dejando una gran estela de humo, no pudieron ver donde cayó pero al parecer fue en el camino que va a Quintanas. (Si, en aquel periódico alemán cometieron una errata al transcribir el nombre de Quintanar)

Después, dicho artículo fue recogido en la Annalen der Physik und Chemie (Leipzig 1826), revista dirigida por J. C. Poggendorff y L. W. Gilberts, ambos estudiosos físicos de notable nombre mundial.

Años más tarde, en 1857, el astrónomo francés Françoise Arago, recogió el hecho en su compendio de astronomía titulado Astronomie populaire.

Próximo episodio: El aterrizaje ovni de Villares del Saz. Cuenca.

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